Straphanger es un libro que te invita a conocer el transporte público de otras ciudades y desde la perspectiva del viajero. Debo decir que no me decepcionó la forma en que se aborda el tema del transporte, ya que el autor (Taras Grescoe) es un periodista y columnista que frecuentemente trabaja sobre viajes y destinos turísticos para el Times de Los Ángeles y The Guardian. Grescoe en forma divertida y convincente, resume las impresiones y experiencias que le han dejado tantos años de viajar en transporte público en distintas ciudades.
Este post lo dedicaré a las partes del libro que atrajeron mi interés; no a la movilidad urbana o al uso diario de transporte público, sino a esta práctica cotidiana que algunos les fastidia, muchos odian y pocos se interesan. Hablaré de los apartados donde el autor descubre hallazgos y particularidades del transporte público en las ciudades de Los Ángeles, Nueva York, Copenhague, Moscú, Japón y Bogotá.
Los Ángeles
La ciudad de los Ángeles no es un ejemplo que nos ayude a comprender el porqué la gente utiliza demasiado los medios de transporte público ya que generalmente, aquella población con bajos ingresos o que está a favor de medios de transporte públicos, utilizan autobuses. Este escenario se debe en gran parte al crecimiento de la ciudad, a la industria automotriz y la introducción de más carreteras en los años 50´s y 60´s en la ciudad de Los Ángeles.
Aunado a esto, la incapacidad de atender la demanda de transporte con rutas, autobuses y mayor frecuencia de viajes, se entiende que la población prefiera seguir utilizando el vehículo personal. Por otro lado es difícil contrarrestar la cultura del transporte particular de los Angelinos; tal como lo apunta el autor, cuando el crecimiento de la mancha urbana de esta ciudad ha propiciado el crecimiento horizontal, contribuyendo a una mayor dispersión de las actividades laborales y del lugar de residencia.
“This is one city that even the most visionary planners and politicians might not be able to redeem” Grescoe, 2012 pág 51.
Nueva York
El tren de la ciudad de Nueva York, desplaza diariamente 5 millones de personas gracias a su red, construida en 1968. La antigüedad y las particularidades de este sistema de transporte adquiridos con el paso del tiempo han hecho que vean formas de reducir el ruido y las vibraciones generadas al paso del tren en zonas comerciales y residenciales; lo que impacta en la satisfacción y comodidad de los viajeros. Mejorar y mantener el transporte de mayor eficacia en la ciudad de Nueva York es actualmente una de las políticas de transporte que se llevan en la ciudad, a parte de la expansión de otras líneas, donde el mismo alcalde Bloomberg se transportado y en donde existen estaciones tan antiguas y bien conservadas como el “Old City Hall” o “Grand Central”.
Amsterdam
Las bicicletas y Copenhague no son parte del imaginario sino de una evolución clara de los medios convencionales de transporte. Mediante diversas políticas como la introducción de tarifas para vehículos que pretendan transitar en el centro de la ciudad, así como la introducción de nuevos y mejorados sistemas de bicicletas compartidas, la ciudad de Copenhague tiene el problema de no introducir más sistemas de transporte porque los existentes son; por de más, eficientes. Un problema que cualquier ciudad desearía tener.
En la ciudad de Copenhague la mayoría de la población adulta y joven se traslada en bicicleta, a pesar de una dispersión de la mancha urbana y una baja densidad, viajar en bicicleta en Copenhague puede ser lo más normal y no es un sinónimo de status (a menos que viajes en una cargo bike). Los ciclistas se han vuelto expertos en viajar mientras sujetan el manubrio con una mano y con la otra, sujetan el cigarro, contestan una llamada o beben un vaso de café. Aunque también existen viajes en vehículos particulares, los gastos por transitar en estos vehículos son: altamente ridículos; en palabras de Grescoe. A continuación, un video del alcalde de la ciudad de Amsterdam, en caminio al trabajo.
Según el capítulo dedicado a esta ciudad, tan sólo en la ciudad de Copenhague, se tiene un registro de 560,000 bicicletas y solo 519,000 habitantes; incluso las personas en situación de calle tienen bicicletas. El 37% de la población viaja por motivos laborales en bicicleta, cuando en la ciudad de México apenas son el 0.3% de los viajes. En Copenhague, al viajar en bicicleta se reducen los costos de transporte, se mejora la calidad de vida en las calles ya que son pocas las zonas residenciales que viajan en automóvil y se puede caminar en la calle sin la necesidad de banqueta.
Rusia
Europa tiene uno de los sistemas de transporte más rápidos; el Tren Bala. Rusia se encuentra en vías de integrarse a este desarrollo, pero mientras, cuenta con un sistema de transporte subterráneo (Metro) con el mayor número de usuarios (9 millones diariamente), después de la red de Metro en Japón. En palabras de Grescoe, Rusia tiene algo particular, en su Metro; así como en Nueva York, Paris y Londres, el Metro de Moscú tiene como particularidad un desvergonzado esplendor.
“New York subway has grit, London´s Tube has history, Paris ´s Metropolitan has glamour. But Moscosw´s Metro has […] unbashled splendor”. Grescoe, pág. 162.
A lo largo del capítulo correspondiente a la ciudad de Mscow, Grescoe menciona las travesías y situaciones por las que pasó para conocer más a fondo el transporte y “el caos” imperante en las calles de la ciudad, donde apenas 9% es el área correspondiente a infraestructura vial; en E.U. en promedio es de 30% (entre vías, arterias, calles, carreteras). La “modernidad” y la posibilidad de comprar vehículos particulares tras la caída del régimen Soviético han llevado últimamente, a la contaminación ambiental, mayor tráfico vehicular y reducción de la velocidad.
La alternativa de transporte se encuentra debajo del suelo, donde la población de diferente status económico y social se introduce para desplazarse a sus destinos sin ninguna jerarquía o uso privilegiado del espacio. Al respecto Grescoe habla de los Migalki; que son vehículos donde se trasladan los altos ejecutivos y que tienen un tipo de sirena azul que al sonar, les permite pasar entre vehículos a mayor velocidad, por lo que el Metro ofrece a todos los viajeros una alternativa al tráfico vehicular y un mayor sentido de igualdad ante el mundo capitalista.
Para la construcción de su sistema Metro, no se utilizaron presos, como se solía hacer en algunas ocasiones, pero limitaban las raciones de comida de los trabajadores que hicieron el Metro de Moscú. Cabe destacar que el autor menciona el carácter histórico y político de algunas estaciones, donde aun se puede encontrar murales con alguna alusión al partido comunista o a Lennin.
Tokío
Finalmente, la ciudad de Tokio sería el ejemplo a seguir en cuanto a políticas de transporte público. La tecnología le permite a los habitantes y usuarios del Tren de Japón, la posibilidad no solo de recargar su tarjeta electrónica para pagar su viaje; sino también para comprar artículos en casi cualquier establecimiento de ropa, comida entre otros. Por si fuera poco si el tren llegara a retrasarse mas de cinco minutos, la empresa encargada de este servicio les da a los usuarios un justificante, dirigido a la empresa donde trabaja.
Por esto y más, la ciudad de Tokio es considerada como una ciudad con un modelo de transporte urbano envidiable, pero no solo por sus avances tecnológicos e infraestructura, sino por la cultura cívica que envuelve a los habitantes de la ciudad en su forma de viajar en transporte, donde los oshiya (hombres que empujan) acomodan a los viajeros, al interior del vagón para que las puertas cierren de forma rápida; cosa que en ocasiones ya quisiéramos ver en la ciudad de México, sin que llegue uno que otro desesperado o “aferrado” a impedir el cierre de puertas.
Esta medida con el paso de tiempo ha evolucionado y los viajeros han aprendido a abordar el tren de forma rápida, ordenada y respetando el lugar de entrada de toda la población que espera justo a los lados y no enfrente de las puertas de un vagón. Si no fuera poco, los viajeros del metro en Tokio, tardan 1.3 segundos en abordar un vagón tras haber salido la última persona del vagón de tren. Estas situaciones han llevado a Grescoe y otros autores a considerar a los viajeros de Tokio; “expertos en trasladarse en medios de transporte público”; considerando que viajan igual de apretados que el Metro de la ciudad de México.
Una de las cosas interesantes del tren de Tokio son los aspectos culturales que han surgido de situaciones que este medio de transporte genera. Una de ellas es el nacimiento de una cultura que gusta retratar desde diferentes ángulos, vagones de tren; son los denominados tetsudo fan o fanáticos de los rieles, como dice el autor del libro. Por último, la industria erótica en conjunto con otras empresas, generaron un servicio particular que se ofrece a los chikan densa (término asignado para las personas que disfrutan sexualmente, al friccionarse contra otra persona) lugares donde recrean un ambiente donde cualquier persona puede volver fantasía sexual realidad sin ofender a nadie o sin alguna consecuencia legal. Si bien el acoso sexual es una situación muy común en transportes con mucha densidad de viajeros, las empresas aprovecharon esta oportunidad ofreciendo un servicio que podría reducir el número de agresiones sexuales en transporte público. Claramente hay más cosas de fondo y solo pueden darse cuenta al leer el libro.
Bogotá
Hemos visto que en tres ciudades, el transporte utilizado con mayor frecuencia ha sido el Tren o Metro. Pero en la ciudad de Bogotá durante las últimas dos décadas se dio un importante avance en cuanto a políticas urbanas se refiere. Esto porque Bogotá adoptó lo que en la ciudad de México se conoce como Metrobús y en Bogotá se le conoce como Transmilenio. Enrique Peñalosa, ex gobernador de la ciudad de Bogotá utilizó, bolardos, acciones a favor del peatón y el rechazó la construcción de segundos pisos para convertir paulatinamente a la ciudad en una lugar con una mayor calidad de vida para sus habitantes.
Una de las acciones que Se mencionan en el libro como catalizador de una nueva forma de construir la ciudad, fue la sustitución gradual de la flotilla de Busetas nombre por el cual se le conoce a los camiones (con aspecto al Microbús de la ciudad de México o los denominados Urbanos en Aguascalientes) famosos por su baja calidad en el servicios de transporte y un gran peligro para los habitantes. Otra acciones relacionada con las muertes originadas por accidentes vehiculares contra peatones, fue la creación de un grupo de mimos encargados de sancionar simbólicamente a los automovilistas que no respetaran los cruces peatonales.
Aunado a lo anterior, El ex alcalde de Bogotá, creo un programa de peatonalización, que sustituyo a un plan de creación de dos pisos, por el hecho de que el primero traería mayores beneficios con un menor costo económico. Así, la instalación de bolardos para señalar zonas peatonales, fueron entre las políticas de mayor éxito, ya que también impidió la apropiación de la banqueta por el vehículo particular. En palabras de Peñalosa, dirigidas a Grescoe, él fue quien les dio el título a muchos taxistas de “Caballeros de los cruceros”, con el fin de concientizar a los choferes de taxi sobre la imagen que daban no solo a habitantes sino a turistas que visitaban la ciudad. Si lo pensamos como una alternativa no estaría mal, delegar la responsabilidad social a los taxistas en la ciudad de México.
Finalmente las palabras de esta figura política en la ciudad de Bogotá fue una de las mejores impresiones o referencias para decidir a realizar un viaje de exploración y disfrutar de todo lo hecho por Peñalosa quien bien lo señala en el siguiente párrafo.
“I bealive this city is more civilized not when it has highways, but when a child on tricycle is able to move everywhere with ease and safety. In the developing world, that kind of quality of life is our competitive edge- we may not be able to give high income, but we can give people quality of life” Peñalosa in Grescoe, 2012.
El transporte público y la movilidad urbana son dos temas de los que me gusta hablar. Aquí no pueden caber todas las otras cosas en las que el libro demuestra ser un buen ejemplo que resume las mejores experiencias del transporte urbano en ciudades desarrolladas y en vías de desarrollo. Este libro te invita a dejar de lado, el imaginario que tengas sobre el transporte y reitera que este siempre estará disponible cuando te canses de depender de segundos pisos, de horas pico, de calles que te dicen donde ir y de letreros que limitan el desplazarte al interior de la ciudad.