Probablemente siempre han
existido los movimientos sociales urbanos (MSU). Al escuchar dicho concepto, se nos viene a la mente una serie de manifestaciones o
movilizaciones sociales o políticas, sin embargo
no es hasta en la actualidad, cuando el concepto elaborado por Manuel Castells;
haya tenido una importancia, para relacionar aquellos movimientos sociales con
las ciudades y sus problemas.
En este blog, he hablado de la reivindicaciónde los ciclistas urbanos y la urgencia de infraestructura de movilidad para
vehículos no motorizados. He resaltado la importancia del movimiento Ocupa WallStreet y los medios por los cuales quieren una justa distribución del ingreso
del 1% de la población que lo concentra; aun existen otras tantas
manifestaciones, paradigma de estos movimientos
sociales urbanos (MSU).
Para Manuel Castells, los movimientos sociales urbanos, son
aquellas prácticas sociales que convierten y modifican el orden establecido a través
de la manifestación pública; efecto de los modelos de regulación, de un Estado
gestor, incapaz de atender la necesidades o demandas de un población. Estas necesidades
o demandas, serán los problemas urbanos
o la problemática urbana para
Castells, que conceptualiza de la manera siguiente:
La problemática urbana es: “Una serie de actos y de situaciones de
la vida cotidiana cuyo desarrollo y características dependen estrechamente de la organización social
general” […] los movimientos sociales
urbanos, son: “sistemas de prácticas sociales contradictoras que convierten
el orden establecido a partir de las contradicciones especificas de la
problemática urbana” (Castells, 2004).
Entonces, ¿Podemos hacer
referencia a cualquier situación como obstaculizadora de nuestro bienestar y
calidad de vida en la ciudad? Es decir, no todo en cuanto a fenómeno puede
significar la generación de un movimiento
social urbano. Castells menciona que solo aquellos fenómenos que sean
percibidos colectivamente y cuya permanencia o reproducción en el espacio público,
sea continua, o cuya regulación Estatal sea contradictoria, a los intereses y
necesidades de los perjudicados. Así,
solo la permanencia, traducida en la continuidad de un fenómeno compartido o
percibido negativamente, podría; mas no serviría como coyuntura para generar un
movimiento social urbano.
La contradicción como conflicto:
¿Qué es la contradicción para
Castells en cuanto a los MSU y a la problemática urbana? Tanto el concepto de movimiento social urbano, como la problemática urbana, aluden al
conflicto social y a los problemas urbanos. Esta contradicción es sinónimo de
conflicto social y de lo que observamos todos los días en nuestra cotidianidad,
como individuos en el espacio urbano; “luchando" por el tiempo, los
servicios, los espacios, etc. La
contradicción, es abordada por Castells, como una realidad percibida por los
perjudicados y una contradicción del Estado. Esta contradicción Estatal, se
traduce en carencias; en cuanto a abasto y eficacia de los servicios públicos.
Un análisis general que servirá para
distinguir entre la problemática urbana y los problemas urbanos, será la
distinción entre concepto y hecho social. Mientras que la problemática urbana
es para Castells un concepto que ilustra y representa un fenómeno de la
cotidianidad en las ciudades, los problemas urbanos son fenómenos que
obstaculizan el desarrollo y una mejor calidad de vida.
La creación de un Movimiento
Social Urbano.
La creación de un MSU se da como
un rompimiento, entre la lógica de gestión Estatal (en este caso) de los
servicios públicos y la pasividad de los individuos; para obtener un cambio
social, mediante la manifestación de la inconformidad. No solamente son los
problemas urbanos los que definen la existencia de un MSU, sino el grado de pasividad,
el impacto social que tenga un problema urbano y otros factores, que en
el siguiente párrafo menciona Castells como el contenido de un movimiento
social urbano.
“El tratamiento de una cuestión estructuralmente definida por la contradicción de intereses a través de la dialéctica conflictiva entre una base social, que se ha convertido en una fuerza social gracias a la intervención de una organización y su adversario, se expresa en modalidades de acción y desemboca en un conjunto articulado de efectos urbanos y políticos” (Castells, 2004)
Al desfragmentar el párrafo
anterior, podemos decir que un movimiento social urbano está comprendido por:
a) La base social, que no es más que
la población afectada por la problemática urbana. b) La fuerza social cuya importancia radica en la capacidad de
manifestar públicamente la inconformidad hacia c) el adversario, que representa aquel interés opuesto al social.
De la misma forma que un
movimiento necesita de una problemática urbana e intereses opuestos, para
conformarse como movimiento social urbano. También se necesita de una d) organización, que permitirá la movilización
y una manifestación más intensa a través de e) acciones, que guiaran la dirección de la movilización por
diferentes medios, para obtener un f) efecto urbano, cuyo impacto en las
estructuras urbanas y su organización espacial, traen como consecuencia un g) efecto político. El cual tendrá una
impacto en las relaciones de fuerza entre los grupos sociales en una coyuntura
en caso de llegar a un dialogo.
Estructura de los Movimientos sociales Urbanos |
Conclusión
Mas allá de resumir las diferentes
ideas y conceptos del autor reconocido internacionalmente, por integrar la
lucha de clases y el conflicto social, al interior de los centros urbanos. Mi intención es
ofrecer una base teórica que permita comprender las estructuras y el
funcionamiento de los diferentes movimientos sociales urbanos. Si bien no se menciona en el libro, alguna diferencia entre el movimiento social
urbano y otros conceptos de movimientos sociales. La diferencia
(si es que la hay), entre un movimiento social y un movimiento social urbano, nos
remite al hecho de utilizar a la ciudad como elemento de expresión.
Lo hemos visto con Occupy Wall
Street, lo estamos viendo con la expansión de uso de la bicicleta en las
ciudades, lo hemos reconocido, cuando hay manifestaciones en calles, andadores
y plazas. El peso que tienen los
espacios públicos y la toma de estos, son medios de presión para generar
cambios en los modelos de gestión urbana y contrarrestar los efectos negativos
de las administraciones.
Finalmente una invitación a que
lean el libro “Movimientos sociales urbanos” de Manuel Castells, ya que es
referencia de cajón para todo aquel que busque la justicia espacial y urbana.