17 de diciembre de 2011

Echar a Perder - Kevin Lynch "Analisis del Detrioro Urbano""


Echar a perder es un libro que habla de la experiencia del deterioro humano, ambiental  y urbano. La descripción general habla de los procesos de deterioro en la ciudad, en la vida diaria, y de los objetos. Este libro genera una nueva base teórica para comprender y gestionar los desechos, el abandono de lugares y espacios en las ciudades o centros urbanos. De la misma forma introduce una nueva visión para el reciclaje de objetos que cumplieron su vida útil. Ahora solo hablare a manera muy general de lo que hablan los primeros tres capítulos del libro, dejando a su sabia decisión la oportunidad de darle un vistazo. Si quieren una mejor reseña o un diferente punto de vista acabo de encontrar en la red un blog que ya ha hablado del libro y de todos sus capitulos; para verlo dar clik aquí. Los capítulos son los siguientes:

Capítulos
1.- Pensamientos sucios y morbosos
2.- Destrucción de cosas
3.- Destrucción de lugares
4.-Examen del Deterioro
5.- ¿En qué consiste el deterioro?
6.- Gastar bien.

Pensamientos sucios y morbosos.

En el primer capítulo Kevin Lynch nos da una introducción sobre las percepciones sociales que se tienen de los diferentes conceptos que aluden al deterioro, desperdicio, desechos entre otros. Así lo que pretende es dar una vistazo general sobre las diferencias que existen entre una cultura y otra, sobre la generación de desechos, lo que nos remite siempre a situaciones polarizadas, donde esta pueda ser vista de manera positiva o negativa en cuanto y para quien sea útil o inútil un objeto desechado.

Vivienda Deteriorada
La degradación, los desechos, el deterioro entre otros son vistos de manera negativa por la gente debido a la carga histórica racionalista y purificadora en los diferentes procesos de la sociedad para poder deshacerse de la suciedad, de la basura y de los peligros biológicos que giran alrededor de este procedimiento.

Aunque existan los mismos procesos de generación de basura en la sociedad en general; el grado de tolerancia hacia este, cambia entre diferentes culturas y clases sociales. Así, Lynch nos dice que “gestionar la suciedad es una forma de determinar nuestro carácter y posición social”, ya que el hecho de tirar basura en una iglesia o el tirar basura en la calle e incluso dentro de nuestra casa-habitación, no es percibido de la misma forma por factores sociales, de clase, carga moral, normativa etc. Pero en los tres casos existe un límite para que este fenómeno sea cambiado. Existiendo una serie de dudas sobre cómo podríamos catalogar lo que es basura y lo que no.


Finalmente, lo que es basura para unos para otros es una fortuna y así as como dependiendo de la utilidad y del costo de recuperación; es como la mayoría de los objetos pueden ser reciclados y vueltos de nuevo a un nuevo proceso, pero que no incluye el gasto de energía inicial, y si una retribución sentimental o material. De esta forma es como surgen “los pepenadores” y  “los ladrones de pan de jengibre”. Mientras los primeros no tienen criterios basados en una experiencia en antigüedades de valor, los segundos se basan en principios estéticos, históricos y morfológicos del objeto. Sin embargo ambos grupos se dedican a reciclar “la basura de otros” gracias a la utilidad que representa; al primero grupo como ingreso económico y subsistencia y para los ladrones de pan de jengibre un la apropiación de un objeto de valor estético, cultural, histórico etc.

En la parte final de este capítulo Lynch da paso a la introducción de un tema que tiene que ver más con el aspecto urbano y los fenómenos del declive y la degradación. Argumentando que esto procesos de deterioro no solamente son percibidos de manera negativa, sino de la misma forma que sucede con la basura y los objetos inútiles; puede existir alguna utilidad alterna a la de origen. En el caso de ls lugares y espacios urbanos la alternativa esta representada en una variedad de usos habitacionales, recreativos, laborales y  comerciales.

A manera introductoria; uno puede recordar de pequeño aquellas barrancas, baldíos o construcciones en obra negra donde los niños se liberaban  de un mundo cotidiano y se entretenían platicando o jugando en estos lugares abandonados de toda normativa social. Aun así, esta diversión como dijimos al principio, genera una serie de alternativas en cuanto al uso, pero también crea otros peligros como la aglomeración de actividades ilegales y una pérdida de espacio potencial para ser usado de otras formas.

Destrucción de cosas.

Destrucción de Lugares
“La basura es la forma más visible de eliminación”. Hemos dicho ya, que jo solamente se encuentran los procesos y fenómenos de deterioro en los lugares y espacios urbanos; sino que la forma por excelencia, que describe el grado de consumo y de generación de desechos en la sociedad, es la basura. Por lo tanto el fin último que tiene cualquier organismo biológico, incluso el ser humano, es el consumo de energía, el procesamiento de esta y finalmente la degradación.

Es así como en el apartado dentro de este mismo capítulo titulado, Ciudades inmundas, Lynch menciona que muchos de estos procesos necesarios para mantener limpia la ciudad, nuestro organismo y el lugar donde vivimos, es en gran medida por qué nuestros mismos desechos nos hacen daño. A diferencia de otros organismos vivos, cuyo desecho puedes ser aun útil para otro organismo, generando así una cadena de utilidad con el simple hecho de desechar. Sine embargo para los humanos este escenario no es una opción gracias a los niveles de toxicidad que implica el consumo de estos desechos y la conservación.

Ante este escenario, se debe depositar la basura en un lugar en específico, en horarios determinados, separando materiales orgánicos e inorgánicos, transportando estos materiales a estaciones de transferencia lejanos del área urbana y de la misma forma sucede con los desechos humanos. Pero el único efecto final es la transportación de las contaminantes y desechos a lugares lejanos de nuestro olfato y nuestra salud. Es por eso que se hace un llamado no solamente a la forma en la que actualmente  tenemos nuestras fuente de energías; sino al mismo patrón de consumo y nuestra eliminación de basura; insostenible por cualquier medio natural o por nuestra buena voluntad a reciclar.

Es así como los sistemas sanitarios del centro urbano, muchas de las veces sacrifica los recursos naturales por el  bienestar de la población y a falta de otros métodos de desecho o vertederos. Sin embargo por más que se quiera buscar vías alternas de recolección, aun los servicios de limpieza serán percibidos por la población como escasos. Si existe un modelo de recolección funcional, que se ha dado abasto con los diferentes patrones de desecho a lo largo de la historia seria el del personal de limpieza urbana; profesión a la que Lynch hace mención de la siguiente manera “Es un trabajo arduo, necesario, pero no compensado socialmente.”, muchas de las veces, ellos,  no han recibido algún trato especial por tan necesario trabajo. Ya que sin ellos, las pilas de basura y de desechos irían en aumento, deteriorando así los espacios de recolección y del entorno en el que se ubique.

Kevin Lynch menciona un caso donde en algún fraccionamiento residencial de  Norteamérica se había dejado de recolectar basura por el servicio municipal, debido a la lejanía en la que espa se encontraba del centro urbano; trayendo como consecuencia una necesaria búsqueda de alternativas que dieran solución al servicio incapaz de llegar en áreas donde no existió alguna planificación urbana dentro de este contexto. La solución más pronta fue pagar por un servicio de transporte de desechos hacia las estaciones de transferencia. Comparado la anterior situación, dentro de un fraccionamiento popular, el servicio de recolecta si pasaba frecuentemente, pero ante la inexistencia temporal de este servicio, los vecinos eran los encargados de apilar la basura en un lugar. Reflejando así que las relaciones y valores de sanidad eran mayormente compartidos en áreas urbanas aglomeradas y con mismo valores.

Basurero a cielo Abierto
La destrucción de cosas aboga por la pérdida de utilidad en su materia o en su finalidad como objeto, sin embargo el ciclo de utilidad para una persona, puede no ser el mismo para otra. Es decir, el reciclado de cosas, la reutilización y la generación de una nueva utilidad permite que las cosas tengan una mayor durabilidad. Cualquiera que sea el fin de los nuevo objetos, de debería optar por materiales que permitan una durabilidad y eficacia en el uso y en usos potenciales. En cuanto a la transportación de los contaminantes  y de la basura a áreas periféricas de la ciudad, una solución que Lynch apoya, es la creación de tiraderos subterráneos donde las excavaciones y asentamientos no puedan llegar y donde los riesgos disminuyan.

Destrucción de Lugares.

“Las grandes destrucciones se repiten en los asentamientos humanos, cuando los edificios se abandonan, trasladan, destruyen, o zonas enteras se despejan y reconstruyen. Sumando a esto, los materiales se deterioran y envejecen, rompen y reutilizan, por lo que asociado a la acción humana, ciudades enteras pueden declinar o verse abandonadas gradualmente.” De forma introductoria, es así como Lynch habla en este capítulo de los procesos en los que se ven envueltos los edificios, las zonas habitacionales, las zonas industriales y como es que nacen los espacios residuales o abandonados.

El abandono y el declive urbano se reflejo para Lynch al interior de los centro urbanos, donde mucha de la población por efecto de los viejos “nuevos paradigmas de la construcción habitacional” donde lo ideal era viviera en la periferia de los centros urbanos, la vida al interior de estos centros urbanos se fue encareciendo, gracias a la poca población que habitaba en dichos lugares. “El declive en las áreas urbanas está apoyado por la movilidad del capital, el trabajo joven y la costumbre histórica de movilidad. Movilidad significa libertad y eficiencia en la utilización de los recursos, al menos en el corto plazo”. Entonces para efecto de reducir estos fenómenos, una ciudad debe atenderá siempre al movimiento y a la capacidad de adaptarse a nuevos paradigmas, de lo contrario el declive y la permanencia impedirán un desarrollo equitativo y distribuido entre los sectores de la población y las estructuras urbanas.

Estación de tren Abandona
Es así como podemos ver ejemplos de ciudades que se especializaron a una sola actividad productiva, especialmente la industrial. Donde al término de esta actividad y de flujo de capital e ingresos, muchos centros urbanos desaparecieron o fueron en declive para terminar como un pueblo fantasma. Los costos de rehabilitación son grandes e incluso la demolición lo es. Si bien existen demoliciones continúas de edificios, el material derrumbado no es reutilizado y simplemente trasladado al próximo centro de transferencia residual. Si esta demolición contemplara no solo la destrucción de lugares  sino el reciclado de materiales y la creación de edificios, espacios o lugares reciclables, con mayor durabilidad y eficaces. Una decisión sobre donde ubicar los nuevos desechos se pudiera haber ahorrado.

En el caso de que las parcelas urbanas abandonadas o en declive; sigue un proceso de desgaste, lo que define Lynch como la huella del tiempo, que no es mas como el desgaste físico de los materiales por los cuales está conformado la construcción residencial, habitacional, industrial, laboral, comercial etc. Son aquellos rasgos que todos hemos visto en edificios viejos, cuando uno viaja generalmente a lugares donde el nacimiento de los primeros asentamientos datan de fechas lejanas, es ahí donde en los edificios se ve el paso del tiempo; las grietas, huecos, la pintura desgastada, el grafiti, u otros elementos que pueden conformar un desgaste físico del edificio.

Lo que trae como consecuencia la proliferación de un fenómeno ya conocido, el vandalismo que Lynch expresa muy bien su origen partiendo de la idea de que el acto de vandalismo se realiza a partir de un acto deliberado o un acto ilegal que forma parte de un modo de ganarse la vida. Así, mientras que el primero se dedicara al sabotaje, que que la acción representa una mera forma de expresión de inconformidad hacia algo o alguien; el segundo será todo aquel acto que por las condiciones éticas, filosóficas o necesarias servirá como sustento o simple modo de entretenimiento. Pero ambos finalmente, generan y reproducen el declive urbano, el desgaste y los desechos.

Vivienda Abandonada
Un ejemplo claro de lo anterior se refleja en un experimento que cita Lynch, donde un científico social decidió dejar un coche en un área residencial y otro, en un área popular. En el primer caso, el auto duro varios meses sin recibir algún daño físico o robo de partes, mientras que en el segundo no tardaron mucho en retirarle las partes, demolerlo y finalmente quemarlo. En la zona residencial el auto fue retirado por una grúa al poco tiempo, mientras que en el área habitacional popular se tardo un mes aproximadamente.




Finalmente lo anterior espero sirva para alentarlos a que den una lectura al libro “Echar a perder” de Kevin Lynch, el cual fue el último libro del experto en imagen y gestión urbana. En realidad habría que dar más detalles y diferenciaciones entres los conceptos de deterioro, desgaste, y declive urbano; sin embargo existe un hilo fundamental que contrarresta estos fenómenos. Este hilo será aquel que de una mayor durabilidad y una mayor eficacia a los productos, para una mejor adaptabilidad con el paso del tiempo. Son ambos elementos los que deberán contener las construcciones, los objetos, una comunidad, un área de recreación o un área industrial. Incluso una caducidad de espacios o usos.

El adelantarnos y prevenir escenarios, ayudara a una mejor gestión de los elementos construidos y de los usos potenciales de espacios, que actualmente no representa alguna utilidad. Es el desgaste, el declive y el deterioro, escenarios negativos y que son difíciles, mas no imposibles de contrarrestar o gestionar; sin embargo son estos mismos escenarios tendenciales los que potencian acciones, para disminuir el impacto negativo y fomenta las alternativas, que evitaran una continuidad en cualquier proceso de deterioro urbano, ya sea en sus servicios de limpieza, en el abandono de centros urbanos, en la gestión de desechos humanos, en el desechos de edificios y en áreas residuales.

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